Hipotensión Ortostática: Qué es y cómo manejarla

La hipotensión ortostática es una condición que ocurre cuando la presión arterial disminuye de forma abrupta al cambiar de posición, especialmente al levantarse de una posición sentada o acostada.

Esta caída de presión arterial puede causar mareos, desmayos y otros síntomas incómodos.

A menudo, las personas que la padecen sienten una sensación de aturdimiento o debilidad, lo que puede dificultar sus actividades cotidianas.

1. ¿Qué es la hipotensión ortostática?

Hipotensión Ortostática Qué es y cómo manejarla
Hipotensión Ortostática Qué es y cómo manejarla

La hipotensión ortostática es una forma de presión arterial baja que se presenta cuando una persona cambia de posición repentinamente, como al pasar de estar acostado a estar de pie.

Este cambio postural provoca una caída rápida en la presión arterial, lo que afecta el flujo de sangre al cerebro. El resultado es una serie de síntomas que pueden durar desde unos pocos segundos hasta varios minutos.

Para que se diagnostique como hipotensión ortostática, la presión arterial debe disminuir al menos 20 mmHg en la presión sistólica (el número más alto en una medición de presión arterial) o 10 mmHg en la presión diastólica (el número más bajo) dentro de los tres minutos después de ponerse de pie.

2. Síntomas de la hipotensión ortostática

Los síntomas más comunes de la hipotensión ortostática incluyen:

  • Mareos o aturdimiento al ponerse de pie.
  • Visión borrosa o puntos ciegos.
  • Sensación de desmayo o pérdida del equilibrio.
  • Debilidad generalizada en el cuerpo.
  • Náuseas.
  • Desmayos (en casos más severos).

Estos síntomas suelen aparecer rápidamente tras el cambio de posición y desaparecen cuando la persona se sienta o se acuesta nuevamente.

3. Causas de la hipotensión ortostática

La hipotensión ortostática puede tener múltiples causas, desde problemas médicos hasta factores relacionados con el estilo de vida. Algunas de las principales causas son:

  • Deshidratación: La falta de líquidos en el cuerpo puede reducir el volumen de sangre, lo que afecta la capacidad del organismo para mantener una presión arterial normal al ponerse de pie.
  • Problemas cardíacos: Algunas afecciones del corazón, como la insuficiencia cardíaca o las arritmias, pueden impedir que el corazón bombee suficiente sangre cuando se cambia de posición.
  • Problemas del sistema nervioso: Enfermedades que afectan el sistema nervioso autónomo, como la enfermedad de Parkinson, pueden alterar la regulación de la presión arterial.
  • Diabetes: Las personas con diabetes mal controlada pueden tener daño en los nervios que controlan la presión arterial, lo que las hace más propensas a sufrir hipotensión ortostática.
  • Medicamentos: Algunos fármacos, como los diuréticos, los antihipertensivos y los antidepresivos, pueden causar una caída en la presión arterial al ponerse de pie.
  • Reposo prolongado en cama: Estar inmovilizado o en reposo prolongado puede debilitar el sistema cardiovascular y hacer que sea más difícil para el cuerpo regular la presión arterial al cambiar de posición.

4. Factores de riesgo

Ciertos factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar hipotensión ortostática. Estos incluyen:

  • Edad avanzada: A medida que envejecemos, los mecanismos que regulan la presión arterial pueden volverse menos efectivos.
  • Embarazo: Durante el embarazo, el sistema circulatorio se expande, lo que puede hacer que la presión arterial baje más fácilmente.
  • Trastornos neurológicos: Condiciones que afectan el sistema nervioso, como la neuropatía autonómica o la esclerosis múltiple, aumentan el riesgo de hipotensión ortostática.
  • Consumir alcohol en exceso: El alcohol puede dilatar los vasos sanguíneos, reduciendo la presión arterial.

5. Diagnóstico de la hipotensión ortostática

Para diagnosticar la hipotensión ortostática, los médicos suelen realizar una medición de la presión arterial mientras el paciente está acostado, sentado y de pie.

Si se observa una caída significativa en la presión arterial al cambiar de posición, se confirma el diagnóstico.

Además, el médico puede ordenar pruebas adicionales, como análisis de sangre o un electrocardiograma, para determinar la causa subyacente.

6. Tratamiento y manejo

El tratamiento de la hipotensión ortostática depende de la causa subyacente, pero existen medidas generales que pueden ayudar a controlar los síntomas:

  • Cambios posturales graduales: Evitar levantarse rápidamente. Al cambiar de posición, hacerlo lentamente, especialmente al levantarse de la cama o de una silla.
  • Aumentar la ingesta de líquidos: Mantenerse bien hidratado es esencial para mantener un volumen sanguíneo adecuado y prevenir caídas bruscas en la presión arterial.
  • Alimentación rica en sal: En algunos casos, aumentar la cantidad de sal en la dieta puede ayudar a retener líquidos y elevar la presión arterial, pero esto debe hacerse bajo la supervisión de un médico.
  • Medias de compresión: Usar medias de compresión puede ayudar a prevenir la acumulación de sangre en las piernas, facilitando el flujo sanguíneo hacia el corazón.
  • Ejercicio regular: Mantener una rutina de ejercicios moderados puede mejorar la circulación y la capacidad del cuerpo para regular la presión arterial.
  • Evitar el calor extremo: Las altas temperaturas pueden dilatar los vasos sanguíneos, lo que reduce la presión arterial. Es recomendable evitar ambientes muy calurosos y baños prolongados con agua caliente.
  • Medicamentos: En algunos casos, el médico puede recetar medicamentos que ayudan a aumentar la presión arterial o mejorar la regulación del sistema nervioso autónomo.

7. Prevención

La mejor forma de prevenir la hipotensión ortostática es adoptando hábitos saludables que promuevan una buena circulación sanguínea. Algunas recomendaciones clave incluyen:

  • Mantenerse hidratado.
  • Evitar cambios bruscos de posición.
  • Consumir una dieta equilibrada.
  • Hacer ejercicio regularmente para fortalecer el sistema cardiovascular.

Si presentas síntomas de hipotensión ortostática con frecuencia, es fundamental consultar a un médico para obtener un diagnóstico adecuado y recibir tratamiento. Esta condición, aunque molesta, puede controlarse eficazmente con las estrategias correctas y un seguimiento médico adecuado.

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